Atacamos hoy con una receta de las más sencillas y baratas de la historia de la cocina. Además nos permite quedar como un chef con cuatro ingredientes de lo más fácil de encontrar. Probad y repetiréis.
Ingredientes:
Pechuga de pollo, 200 gramos
Guisantes, 200 gramos
Diente de ajo, 2 unidades
Arroz, 300 gramos
Cebolla mediana, 1 unidad
Pimiento morrón, 1 unidad
Caldo, 3 tazas
Aceite de oliva, 3 cucharadas
Queso rallado, 100 gramos
Sal, al gusto
Preparación:
Cogemos el pollo y lo lavamos con agua, debemos intentar quitarle toda la sangre que se le acumula en la carne. Cuando esté perfectamente limpio lo secamos con papel absorbente. Troceamos lo más finito posible, dados pequeños siempre permiten al comensal que se combinen con el arroz.
Mientras tanto vamos cociendo el arroz en agua caliente, cuando rompa el hervor echamos la sal y luego el arroz. Un chorrito de zumo de limón siempre le viene bien para que quede suelto.
Lo ponemos a escurrir, cuando esté listo, y tapamos con un papel de aluminio. Esto ayudará a que mantenga la humedad y no se seque. Mientras que el arroz está cociéndose vamos troceando la verdura y hacemos un sofrito.
Pero lo vamos a hacer de una forma distinta. En una bandeja de horno ponemos aceite, los ajos, y al micro a potencia máxima. Cuando estén doraditos sacamos y metemos el resto, siempre moviendo para evitar que se quemen.
A la hora de echar el caldo hay que hacerlo siempre teniendo en cuenta que esté hirviendo, así se hará mejor. Tras 10 minutos a máxima potencia vamos probando el arroz, cuando esté blando estará listo para comer. Pero antes echamos parmesano en cantidad y dejamos que se gratine.
El maridaje exige Lambrusco blanco o cualquier espumoso blanco o rosado. Este plato hará las delicias de todos y todas en vuestra mesa.