La yuca, también conocida como mandioca, es un tubérculo que en España no se conoce demasiado, pero que en algunos países de América Latina tiene una enorme importancia. No en vano, la yuca es, junto al maíz, uno de los productos clasificados en Nicaragua como básicos en la alimentación.
Una vez cocinada, lo más parecido que conocemos los españoles a la yuca es la patata. Sin embargo, tanto su sabor como su aspecto, son diferentes. Además, la yuca goza de algunas propiedades muy beneficiosas para nuestro organismo.
Efectos beneficiosos para la salud
La yuca contiene altas cantidades de vitamina A, B y C, además de calcio, potasio, fósforo, hierro, manganeso y cobre. Por si esto fuera poco, este tubérculo puede ser aprovechado para algunos tratamientos específicos de la migraña, ya que reduce el dolor de cabeza, o de la artritis, porque disminuye el dolor y la rigidez de las articulaciones.
También cabe destacar su efecto depurativo, lo que hace que mejore la circulación sanguínea, el drenaje linfático y disminuyan los niveles de colesterol. También puede reducir el ácido úrico, haciendo que la posibilidad de padecer problemas de gota se limite. Igualmente, al producir una capa protectora en el estómago, también es utilizado por las personas con problemas intestinales. Este alimento es utilizado para combatir el estreñimiento o la diarrea, entre otros problemas.
Además de para la salud, la yuca también se puede utilizar en diversidad de tratamientos estéticos. Con el uso de la yuca, por ejemplo, se pueden eliminar costras y erupciones de la piel.
Cómo comer la yuca
Al igual que la patata, se puede cocinar la yuca de mil maneras diferentes. Frita o cocida, como plato principal o como guarnición, la yuca combina a la perfección con cualquier otro alimento.
Una de las múltiples posibilidades que ofrece la yuca a la hora de consumirla es comerla frita y acompañada de varios tipos de salsas, ya que el resultado es exquisito.
Es importante saber que las raíces de la yuca pueden ser tóxicas si no se tratan adecuadamente. Para evitarlo, se pelan, se lavan y se cortan en pedazos pequeños. A continuación, se exprimen los trozos, extrayendo el jugo y dejándolo a un lado. Este zumo se cuela y se cocina para liberar las toxinas y, de este modo, eliminar cualquier efecto negativo para la salud.
Para Recetas con la Yuca: recetas con la yuca