No es de las recetas más rápidas de hacer, ya que se prepara de un día para el otro, pero vale la pena la espera. Son pequeños bocaditos que si tienes diferentes tipos de moldes quedarán con variadas formas, en donde los más peques de la casa pueden divertirse ayudando y después comiendo.
Su suavidad al disolverse cuando lo llevamos a la boca es inigualable.
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Ingredientes:
- 1/8 de litro de leche
- 50 gr de mantequilla
- 75 gr de azúcar
- sal
- 25 gr de levadura fresca
- 3 huevos
- 400 gr de harina
Preparación:
- Comienza por entibiar la leche, derritiendo la mantequilla, agrégale la sal y el azúcar. Una vez todo mezclado, agrega la levadura bien desmenuzada, luego los huevos. Tamiza la harina y vuélcala en la preparación anterior. Amasa unos minutos hasta que la masa se despegue sola del recipiente en donde estabas trabajando. Deja reposar en un lugar templado y tapado con un paño hasta que doble su tamaño, después de ello tapa con papel aluminio y reserva toda la noche en la heladera.
- Al otro día pon la masa sobre la mesada previamente enharinada, haz un rollo con ella y luego corta en pequeños trozos formando bollitos del tamaño de un damasco. Coloca estos en moldes previamente enmantecados, puedes cortar otros pedacitos del tamaño de una almendra y poner por encima de los primeros. Deja leudar por espacio de una hora en un lugar templado, a continuación hornea a 220º C durante quince minutos. Si lo deseas puedes pintar con huevo antes de llevarlos al horno.
- Sírvelos aún tibios acompañados con mantequilla y mermelada para untar. También puedes rellenar con fiambre y queso.
