Las recetas de aves, en particular pollo, son mis favoritas a la hora de recibir comensales, pues gustan a todo el mundo (grandes y chicos) y uno tiene la seguridad de que habra satisfacción y probablemente quieran repetir.
La receta que comparto hoy, suele ser una de mis elegidas para toda ocasión pues es rica, sana y muy fácil de hacer. Tal como señala el título es apta para personas con trastorno celíaco y -por supuesto- puede ser consumida y disfrutada por todos sin problemas. Ten en cuenta que su preparación total te demandará unas dos horas de tiempo, pero vale la pena, créeme.
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Ingredientes
- 1 k y medio de pollo, previamente limpiado (pelado) y lavado
- 1 cucharada mostaza
- Sal a tu gusto
- 50 gramos mantequilla
- Pimienta negra molida
- 1 limón
Preparación
- Se parte el pollo por la mitad, de arriba a abajo.
- Puedes elegir entre cocinar las piezas tradicionales o deshuesar para que queden porciones aplastadas, como si fueran un filete.
- El primer paso es disponerlo en una fuente (ideal si ya es apta para horno); luego añades sal a tu gusto y agregas toques de pimienta también a tu gusto. Ten en cuenta que si hay niños entre los comensales este último ingrediente debe sumarse con moderación.
- Lo colocas en el horno moderado por una hora y cuarto aproximadamente; acto seguido se pinta (ideal usar un pincel de cocina y una cuchara) con la mostaza y se vuelve a rociar con lo que te queda de mantequilla.
- Vuelve a hornear por otros quince minutos a media hora (depende del tamaño en que hayas cortado las porciones); lo ideal es que lo vayas girando cada poco tiempo.
- Se sirve dejando a mano de los comensales un recipiente con zumo de limón para poder rociar el plato.